martes, 10 de marzo de 2015

Baños de Mula y el Niño de Mula

En una de nuestras últimas escapadas con nuestra AC que publicamos, estábamos aparcados en los Baños de Mula después de haber realizado un tramo de la Vía Verde del Noroeste. Si quieres leer la entrada completa para saber más detalles, pincha aquí.

Para situarte te ponemos de nuevo el mapa con toda la ruta que hicimos y los lugares de más interés que fuimos visitando:



Total de la ruta ida y vuelta 189 km.



Eso pasó un sábado. El domingo amaneció espléndido, por lo que aprovechamos para después de desayunar dar una vuelta más pausada por los Baños de Mula, ver el "pueblo" con más detalle e informarnos un poco mejor de cómo funcionaba eso de los baños.



Entrecomillamos lo de "pueblo" porque realmente es una pedanía de la localidad de Mula y realmente son cuatro casas, la mayor parte de ellas enfocadas al turismo de los baños. No te pienses que te vas a encontrar SPA´s o piscinas termales al estilo del Balneario de Archena -ya hablamos de él en una entrada anterior-; todo lo contrario. Se nota que estos baños tienen sus años, y la mayor parte de los locales que ofrecen estos servicios son hoteles pequeños bastante antiguos, donde por un módico precio puedes acceder a una sala con bañera y remojarte en las aguas mineromedicinales del nacimiento que abastece a todo el pueblo. Es como sumergirte a principios del siglo XX, cuando se puso de moda este tipo de turismo y podemos decir que, desde entonces, han innovado poco.

Aunque no nos dimos ningún baño, nos dio tiempo a pasear por las calles, estirar las piernas, tomarnos un café y ver algún que otro gato.

Esa mañana el sol pegaba fuerte, si no que se lo digan a estas palmeras.

Se nota que estábamos en primavera.

Dócil y curioso gato con los ojos bicolor.

Poco después lo vimos buscándose la vida.

Es ver un animal y Bruno no puede resistirse a tocarlo.

Los Baños de Mula ya no daban para más, así que decidimos movernos. Nos habían hablado del Niño de Mula, imagen de un Niño Jesús con mucha devoción en la zona y decidimos ir a verlo. Más conocido como "El Niño", cuenta la historia que un pastor lo encuentra en la zona -¿por qué siempre será un pastor?- y el pueblo, que es sabio, decide construir una ermita en su nombre. El 8 de septiembre de cada año hacen "La Bajada" del Niño hasta la vecina Mula y es devuelto a su ermita el 22 del mismo mes, siendo este día cuando se celebra la correspondiente romería. En los alrededores puedes encontrar varios bares y restaurantes, en parte por el atractivo turístico de la imagen y en parte porque desde siempre ha sido zona de paso y fonda desde Mula hasta la cercana Caravaca de la Cruz, por lo que es buen sitio para reponer fuerzas. El lugar da para un paseo y poco más.

Paseo hacia la ermita del Niño de Mula.

Ermita del Niño de Mula.

Dos niños frente a frente.

Como la hora de comer se acercaba y no queríamos comer en cualquier sitio al sol, decidimos empezar a hacer camino de vuelta y comer en algún área recreativa del cercano Parque Natural de Sierra Espuña. Ya lo conocíamos de otras veces y sabíamos que cerca de Aledo había una, llamada de Las Alquerías -ver mapa de la ruta para más detalle-, a poco más de 40 km de donde estábamos. No nos lo pensamos mucho y pusimos dirección hacia ella por la carretera de Pliego. La última parte de la carretera desde que se entra al parque natural es bastante estrecha, pero despacio se hace bien y es una carretera agradable con poco tráfico.

Al llegar al sitio, la presencia de domingueros era importante por lo agradable del lugar y del día. Aún así, nos aparcamos en una zona más o menos plana y tranquila junto a un pino, sacamos sillas y mesa y nos dispusimos a disfrutar de una comida campestre. Esto está totalmente permitido ya que es un área recreativa dispuesta para ello. Lo que no se puede es pernoctar al ser Parque Natural.


Como decía esa sevillana, "a la sombra de los pinos".

La sobremesa dio para descansar y para que Bruno disfrutara yendo de aquí para allá, subiéndose a todo lo que pillaba ya fuera árbol o mesa. Incluso le dio tiempo a conocer a un nuevo bichito, el amigo escarabajo.

¿Por qué le gusta tanto a los niños subirse a todo lo que encuentran?

Miedo a los bichos...ninguno.

Cuando la tarde comenzó a echarse, decidimos dar por terminada esta escapada y regresar a casa. El fin de semana nos había permitido disfrutar de una nueva forma de disfrute con nuestra AC que es la de los paseos en bicis con nuestro hijo. Seguro que no es la última vez que lo haremos y en próximas entradas así lo verás.

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