Y por fin llegó el gran día de nuestra primera salida. El primer fin de semana de febrero del año 2014.
Estábamos superemocionados, pero queríamos que fuera algún sitio que conociéramos ya, que supiéramos que no nos íbamos a encontrar con sorpresas, que fuera cerca, pero sobretodo que fuera campo. Queríamos dormir en mitad del campo y despertar allí. Por eso nos decidimos por la Sierra de María. El área recreativa de La Piza en el Parque Natural Sierra de María y los Vélez ya la conocíamos y nos gustaba, por eso decidimos que pernoctaríamos allí.
Tras la limpieza de los fuegos de la cocina y comprar una bombona de propano nueva, estábamos listos para salir. Teníamos agua limpia en el depósito, habíamos cargado comida, menaje variado, ropa, sábanas, toallas... en fin, todo lo que puedes necesitar en una casa; lo teníamos todo, y lo que no, ya lo iríamos apuntando sobre la marcha. Lo que se trataba era de empezar a coger experiencia y ver cómo nos desenvolvíamos, si Bruno se adaptaba, cómo dormiría su primera noche en una cama y nosotros en una cama más estrecha, si nos agobiaría la falta de espacio... en fin, respuesta a muchas cosas, pero sobretodo queríamos disfrutar de nuestra primera salida con nuestro hijo.
Al final ésta fue la ruta que hicimos en todo el fin de semana:
Total de la ruta (ida y vuelta): 180 km.
El sábado amaneció con algunas nubes, sin frío pero con viento. Nos daba igual, era nuestra primera salida.
Al principio no le dimos importancia al viento, pero cuando salimos a la autovía dirección María tuvimos momentos de acojone. Con viento y conduciendo una cosa tan grande, las ráfagas más fuerte hacían moverse la AC que daba miedo. Cogí fuerte el volante, disminuí la velocidad y para adelante. Tardamos en llegar a nuestro primer destino, el área recreativa de La Piza más de lo esperado, pero llegamos.
Antes de llegar a María paramos en Vélez-Rubio, ya que habíamos leído que había un área de autocaravanas que la habían inaugurado hace poco y queríamos verla, a ver qué pinta tenía un área de éstas (recordar que somos novatos en todo esto). Además queríamos tener un plan B por si no podíamos pernoctar en La Piza. A pesar de que llevaba la información, dimos vueltas por el sitio pero no vimos nada, ni una AC por la zona, aunque estar debía de estar. La próxima vez nos fijaremos mejor.
Paramos a comprar pan en el pueblo de María y a media mañana ya estábamos aparcados en La Piza, nosotros y nadie más.
No quisimos sacar toldo ni mesas ni nada hasta que no supiéramos si se podía (de hecho no lo hicimos en todo el fin de semana). La verdad que el toldo no nos hizo falta porque estaba nublado, y mesas y sillas tampoco porque la zona está llena de mesas y bancos de madera. Además con el día que hacía, no apetecía mucho comer al aire libre, así que comimos dentro de la AC y la estrenamos. Ana compró carne y encendimos una de las muchas barbacoas que hay por allí. Nos dimos un homenaje de alitas y salchichas de pollo importante.
El resto de la tarde la dedicamos a pasear por los alrededores y cuando empezó a hacer más frío nos metimos a tomar un cafelito en el bar-restaurante del área. Al lado hay un fuente que mucha gente utiliza para llevarse agua en garrafas y Bruno no pudo resistirse a tocarla. Es su debilidad, "Es piscis" como dice su madre.
Antes de cenar, Bruno y yo estuvimos jugando un rato, pintando y haciendo carreras de coches, mientras mamá hacia la cena.
Cenamos la mar de a gusto y sin tele (bueno, la verdad sea dicha, la tele no es uno de nuestros fuertes ni en casa, pero a veces está puesta sin necesidad). Acostamos a Bruno y, aunque estábamos cansados, leímos un buen rato (otro lujo que en casa no disfrutamos todo lo que quisiéramos, pues siempre hay algo que hacer o alguna peli o serie pendiente). La lectura es uno de nuestras grandes pasiones y en la AC le vamos a dar caña.
La noche estaba fría, se notaba dentro, por lo que pusimos la calefacción a ver qué tal iba. Calienta bien, muy bien, demasiado bien, excesivamente bien, tanto que no tiene término medio. Siempre está a tope. No se por qué (otra tarea añadida a cosas pendientes a revisar). El caso es que te asfixias cuando está un rato puesta, pero si la apagas, al poco tienes frío, así que estuve toda la noche levantándome para apagarla y encenderla, además de para ver cómo le iba a Bruno en su nuevo catre. Otra sorpresa...echó la noche del tirón. Nos dejó flipados. Otra cosa no, pero duerme como los ángeles y en la AC no iba a ser menos.
Entre el frío/calor, Bruno, el cambio de cama, y el estar durmiendo en mitad del campo, dormimos poco la verdad. A las ocho ya estábamos en planta desayunando y respirando el aire puro de la mañana. ¡¡¡Qué lujo!!!
Fue salir de la AC y primera sorpresa. Se presentan los guardas forestales del Parque Natural. Me preguntan muy amablemente si es mía la AC y les digo que sí, y me dicen que no se puede acampar en todo el parque. Le digo que ya lo sabía, pero que nosotros no hemos acampado (no hemos sacado toldo, ni mesas, ni sillas, ni nada), solo estábamos aparcados y hemos dormido dentro del vehículo. Se queda callado pero me dice que no se puede, que la próxima vez nos vayamos al camping de al lado o al pueblo de María. No quiero entrar en polémicas con él, así que me callo y lo asumo. La próxima vez tendremos que irnos a dormir a otro sitio. ¡Qué pena!
Aprovechamos la mañana para recorrer otro sendero que pasa justo por el camping, pero cuando el peque empieza a dar síntomas de hartura, nos volvemos. Se agradece pasear entre pinares aunque sea por poco tiempo.
Recogemos velas y decidimos ir a ver como están otras de las áreas recreativas del parque, la de Los Alamicos. Es muy parecida a donde hemos dormido pero sin bar. La dejamos apuntada para ir en otra ocasión.
Tras ello, decidimos tirar para María, ya que sabemos que los domingos hay mercadillo. Aparcamos sin problemas y de camino vemos otras partes del pueblo que no conocíamos como un lavadero público y un parque infantil bastante apañadito, del que Bruno da buena cuenta durante un rato.
En cuanto al mercadillo, compramos algunas cosas pero nos decepciona bastante. Nosotros lo conocíamos de otras veces y se ha quedado en nada, casi sin puestos. Tuvo tiempos mucho mejores.
Para terminar el día, decidimos visitar el que supuestamente es el verdadero nacimiento del río Guadalquivir. Sí, sí, habéis leído bien. Parece ser que sus primeras fuentes están cerca de Cañada Cañepla (E), muy cerca de donde estamos y bastante alejado del Parque Natural de Cazorla (si queréis más información sobre el tema, este blog está dedicado a ello y esta noticia lo confirma). Es decir, que el Guadalquivir parece ser almeriense en lugar de jiennense (como nos lea nuestro amigo Jose...). Sea como sea, es andaluz, aunque por poco la verdad, ya que Murcia y Albacete están a tiro de piedra. Me han gustado estas bonitas palabras del historiador Vicente González Barberán: "nace en Almería, crece en Granada, madura en Jaén, se hace adulto en Córdoba, engrandece en Sevilla y reza a Cádiz su muerte en Huelva. Guadalquivir, tan noble y generoso que si fuese al paraíso en Málaga se quedaría".
La ruta es preciosa. El Parque Natural Sierra María es muy pequeño y enseguida salimos de él, pero de camino a nuestro destino el paisaje tiene una belleza especial, distinta. No nos cruzamos casi con ningún coche y todo es muy llano. Se ven sierras por todos lados pero muy a lo lejos. Es una gozada conducir por ahí.
El tiempo empieza a torcerse (viene un temporal importante según escucho por la radio) y Bruno empieza querer quedarse dormido antes de comer, por lo que decidimos parar en el mismo pueblo de Cañada Cañepla antes de intentar buscar el supuesto nacimiento del Guadalquivir. Aprovechamos nosotros también para comer y descansar algo.
El cielo va empeorando por momentos y decidimos volver para casa sin ver el verdadero nacimiento del Guadalquivir (otra vez será, que seguro tenemos más oportunidades de visitar la zona).
Regresamos por Topares, por otra carretera preciosa, y en hora y algo ya estamos otra vez en casa sin habernos mojado casi.
Termina nuestra primera experiencia autocaravanista y las conclusiones no pueden ser más positivas. Estamos encantados con nuestra nueva forma de vida y sabemos que nos queda mucho por disfrutar. Estamos hechos para esto, lo sabíamos y ahora lo hemos confirmado. Esperamos poder contarlo y que vosotros, nuestras familia y amigos principalmente, sigáis leyéndonos.
Esperando la segunda salida. Seguro que ya está en "cocina". Viendoos así dan ganas de tener una, jeje!!!!! Lola le podría enseñar a Bruno un par de sitios bonitos por Linares, animaos!!
ResponderEliminarUn saludo, primos.
Jose Ángel
Hola Primo.
ResponderEliminarEfectivamente la siguiente entrada esta en el horno (prometemos playa, y hasta aquí puedo leer).
Nos encantaría conocer mejor la zona de Linares, echar unos días con vosotros y que los dos granujillas jueguen en esos sitios tan chulos que me dices. Apuntado queda primo. Algún día, publicaremos esa entrada, te lo aseguro.
Gracias por el comentario. Un beso fuerte a los tres.