El que es "capillitas" lo es siempre, por eso no nos importa hablar y escribir sobre Semana Santa durante el resto del año -de hecho, nos encanta-. Este verano empecé a contar mi experiencia de esta Semana Santa, así que si quieres enterarte como empezó, tendrás que leerte la entrada anterior a ésta.
El relato anterior termino un Domingo de Ramos tomando gintonics -como no-, por lo que ahora toca contar lo que vino después. Para que no te pierdas, esta es la ruta que hicimos:
Total ida y vuelta: 1200 km.
Lunes Santo radiante. AC en la puerta. Mi mejor compañero de viaje preparado -al que va dedicada esta entrada-. El Lunes Santo cordobés nos esperaba.
Para quien no la conozca, Córdoba es una ciudad SOBERBIA -que va a decir un cordobés-. Y no lo digo solo yo, lo dice todo el mundo que la visita y no lo hace en verano -mejor evitar esas fechas-. Los Patios, las Cruces, la Judería, cómo se come, la Mezquita, el Guadalquivir, la feria... y como no, su Semana Santa. Sevilla tiene la fama, pero la Semana Santa de Córdoba no tiene nada que envidiarle a la hispalense. Es más, es mucho más recogida y menos bulliciosa, por lo que para empezar a conocer la Semana Santa andaluza es una excelente opción. Su día grande no es el Lunes Santo, pero para mi sorpresa fue un día de los más curioso y diferente. Ese día, procesionan seis hermandades, Merced, Estrella, Vera-Cruz, Sentencia, Vía Crucis y Ánimas, las cuales se pueden ver perfectamente en el día.
Los horarios cambian de un año para otro, pero da una idea de cómo se distribuye el día.
Antes de meternos en faena, decir que para un autocaravanista es bastante fácil visitar Córdoba. Hay varias opciones de pernocta. La pernocta libre es una opción. No hay ningún problema siempre que se cumplan las mínimas normas que todos conocemos. Pero si te pasa como a mí, que en grandes ciudades te sientes más tranquilo en un sitio vigilado, el parking del centro histórico es la mejor opción (37.87472, -4.78665, ver mapa de la ruta). Tiene una zona reservada para las AC´s, aunque no dispone de servicios de vaciado y llenado. Pero para un par de días es perfecto, porque en 5 min estás en el casco antiguo, cruzando la calle. Al otro lado de la calle, recomiendo enormemente una visita al Barrio de San Basilio, anexo a los Reales Alcázares (ver mapa de la ruta). Un paseo por sus calles es una gozada, y seguro que tienes suerte de ver algún patio típico cordobés en alguna de sus casas.
AC aparcada y dispuestos a empaparnos de Lunes Santo cordobés.
El día en el parking nos salió por 11 €. El sitio es supertranquilo, pues tiene el Parque Cruz Conde al lado. Y os aseguro que los vecinos no os van a dar ruido.
Cementerio Nuestra Sra. de la Salud (Córdoba), junto a parking de AC´s.
El que sea parece que ha salido a dar una vuelta.
Nos os asustéis, que no hacen nada -como decía aquel, cuidarse de los vivos no de los muertos-. Incluso, alguno de ellos son de renombre. A modo de apunte histórico os diré que los considerados Cuatro Califas del toreo -Manolete, Machaquito, El Gallo y Lagartijo- están enterrados aquí. Y buscarlos es todo un reto.
Ver tumbas nos despertó el apetito -ufff, que mal ha sonado eso-, más que nada por la hora. Sitios para comer y tapear en Córdoba los tenéis por todos sitios. Se come excelentemente y no es demasiado caro -hay de todo, como en cualquier sitio-. Si os alejáis de la Mezquita, mucho mejor para vuestro bolsillo. A mí me gusta mucho Casa Rubio (37.88093, -4.78357, ver mapa de la ruta). Terraza ambientada, comida cordobesa típica, buena y a un precio asequible. Estoy salivando nada más pensar el flamenquín y el bacalao que nos pusieron. Comimos poco, porque viendo procesiones es mejor parar más a menudo a reponer fuerzas y así descansar de los ratos de espera y las caminatas.
Luego, paseo por la judería dirección a la Mezquita para buscar un sitio donde tomar café y esperar a la primera hermandad. La elección fue Soho Ribera (37.88022, -4.77497, ver mapa de la ruta), un local que me habían recomendado y que nos pillaba cerca. Sitio moderno, de moda en Córdoba y nada barato, pero dispone de unas vistas espectaculares de la ribera del río Guadalquivir.
Vistas desde la terraza de Soho Ribera (Córdoba), con el puente romano al fondo.
Desde donde estábamos, teníamos una vista privilegiada de la primera hermandad del día para nosotros, la Vera-Cruz, la cual sale de la Parroquia de San José, al otro lado del río. En cuanto que vimos aparecer la cruz de guía por el puente romano, allá que nos dispusimos. Aconsejo este punto para verla, tanto a la ida como a la vuelta -de noche incluso gana-, ya que es una estampa típica de la Semana Santa cordobesa (ver mapa de la ruta). Además, no es la única hermandad que pasa por el puente, pero sí el Lunes Santo.
Hermandad de la Vera-Cruz por el puente romano.
Sr. de los Reyes deslumbrante.
Mª Santísima del Dulce Nombre por el puente.
Los pies de María Santísima del Dulce Nombre.Cargando
El Sr. de los Reyes a su paso por el Patio de los Naranjos de la Mezquita.
En Semana Santa lo que se trata es de no andar por andar ya que los días son largos y hay que guardar fuerzas. Tras ver a la Vera Cruz entrar en la Mezquita, la Sentencia andaba cerca, por lo que decimos verla por la judería antes de que llegara a la Mezquita-Catedral. En Córdoba, como en Málaga, solo algunas hermandades hacen estación de penitencia en la Catedral -en Sevilla todas-. Creo que escuche que la Agrupación de Hermandades cordobesa se estaba planteando hacer obligatorio el paso de todas las cofradías por la Mezquita y así ampliar el recorrido de la Carrera Oficial. Para los no iniciados, la Carrera Oficial es por donde tienen que pasar obligatoriamente todas las hermandades, lo cual se aprovecha para darle un poco más de solemnidad al acto y vender sillas para que la gente se siente, aprovechando que por ahí pasan todas. Yo eso lo veo la "antiSemanaSanta", ya que para mi, lo bonito es buscarlas por las calles, aunque entiendo que todo el mundo no puede aguantar eso. En fin, que haya que fuimos y nos plantamos en el cruce de C/ Deanes con C/ Judería a ver pasar la Sentencia (ver mapa de la ruta).
En Córdoba, la Semana Santa es sinónimo de Arte.
Nuestro Padre Jesús de la Sentencia, condenado a muerte a favor de Barrabás.
Palio de María Santísima de Gracia y Amparo.
La Judería cordobesa es mágica, huele a otro tiempo, y si a eso le sumas ver el andar de un paso de misterio o un palio por esas estrechas calles, la estampa resulta inolvidable para el que la vive por primera vez. El sonido de las bandas se escucha mucho más atronador en esos espacios tan reducidos, lo que emociona aún más. Si además tienes la suerte de que el paso se te para delante y puedes escuchar como cruje en una "levantá", como suena un palio al moverse, o como rachean las cuadrillas de costaleros al andar, los pelos se te podrán como escarpias igual que a mí -bueno, que eso lo hayas mamado desde chiquitito ayuda-. Dicen que la Semana Santa es la fiesta de los sentidos, y no cabe duda que el oído es uno de los que más te hacen disfrutar esos días.
A esas horas, sobre las ocho de la tarde, ya estaban casi todas las hermandades del día en la calle excepto Ánimas que sale más tarde. La tercera del día, el Vía Crucis, también hacía estación de penitencia en la Mezquita, por lo que no era mala idea buscarla y verla de camino. Esta hermandad, difiere totalmente en su puesta en escena en la calle del resto de hermandades del día, y yo diría de la mayoría de hermandades de Semana Santa andaluzas. Los hermanos portan en su mayoría farol en lugar de cirio, su titular crucificado, el Santo Cristo de la Salud, lo portan tres hermanos a hombros y solo va acompañado musicalmente por tambores roncos. Todo ello le da al conjunto una sensación de recogimiento, que la noche y la Judería embellecen aún más.
El paso de la hermandad coincidió con el encuentro sorpresivo de unos familiares, también muy "semanasanteros" y a los que llevaba bastante tiempo sin ver. Aprovechamos para descansar, tomarnos algo y ponernos al día mientras veíamos pasar el Vía Crucis sentados en la terraza de un bar -no es muy ortodoxo pero es algo que todavía se puede hacer en Córdoba-.
Tras despedirnos -aunque no sería la última vez que los viéramos- tocaba buscar nuestra siguiente cofradía, la cual iba a ser la Estrella, que debía haber salido ya de Carrera Oficial y estar dirigiéndose a su barrio. La pudimos coger por C/ San Zoilo, en las inmediaciones de la Plaza de las Tendillas (fin de la Carrera Oficial). Eso nos supuso cruzar la Carrera Oficial para no tener que dar mucha vuelta. No os preocupéis, se puede hacer por lugares habilitados para ello y en la C/ Claudio Marcelo hay varios. C/ San Zoilo resultó ser un sitio precioso para ver cofradías (ver mapa de la ruta), ya que la calle es bastante estrecha y casi puedes tocar los pasos con la mano.
Después de que pasara la hermandad nos costó salir de la bulla que se montó -dicen que la bulla es sabía y tiene su ritmo, por lo que no hay que agobiarse, que ella sola se va disolviendo-. Sin pensarlo dos veces nos fuimos buscando las dos hermandades que nos quedaban, las cuales veríamos por las inmediaciones de la plaza de Santa Marina.
La hermandad de la Merced era una de las que más ganas teníamos de ver, ya que es la hermandad de unos familiares cordobeses y no había tenido la oportunidad de disfrutarla en la calle nunca-mis antiguos Lunes Santos eran diferentes antes-. De hecho, los capataces del palio son familia de mi madre. La encontramos en la plaza de Santa Marina, lugar que recomiendo enormemente, así como seguirla hacia la Puerta del Colodro (ver mapa de la ruta). Allí se encuentra el Convento Mayor de Santa Marina o Convento del Colodro -por su cercanía a la antigua puerta del mismo nombre-, donde la hermandad para sus pasos a saludar de manera muy vistosa.
Tengo una prima saetera y yo sin saberlo.
A esas horas, sobre las ocho de la tarde, ya estaban casi todas las hermandades del día en la calle excepto Ánimas que sale más tarde. La tercera del día, el Vía Crucis, también hacía estación de penitencia en la Mezquita, por lo que no era mala idea buscarla y verla de camino. Esta hermandad, difiere totalmente en su puesta en escena en la calle del resto de hermandades del día, y yo diría de la mayoría de hermandades de Semana Santa andaluzas. Los hermanos portan en su mayoría farol en lugar de cirio, su titular crucificado, el Santo Cristo de la Salud, lo portan tres hermanos a hombros y solo va acompañado musicalmente por tambores roncos. Todo ello le da al conjunto una sensación de recogimiento, que la noche y la Judería embellecen aún más.
Hermandad del Vía Crucis a su paso por la Mezquita-Catedral - Foto EFE 2013.
El paso de la hermandad coincidió con el encuentro sorpresivo de unos familiares, también muy "semanasanteros" y a los que llevaba bastante tiempo sin ver. Aprovechamos para descansar, tomarnos algo y ponernos al día mientras veíamos pasar el Vía Crucis sentados en la terraza de un bar -no es muy ortodoxo pero es algo que todavía se puede hacer en Córdoba-.
Tras despedirnos -aunque no sería la última vez que los viéramos- tocaba buscar nuestra siguiente cofradía, la cual iba a ser la Estrella, que debía haber salido ya de Carrera Oficial y estar dirigiéndose a su barrio. La pudimos coger por C/ San Zoilo, en las inmediaciones de la Plaza de las Tendillas (fin de la Carrera Oficial). Eso nos supuso cruzar la Carrera Oficial para no tener que dar mucha vuelta. No os preocupéis, se puede hacer por lugares habilitados para ello y en la C/ Claudio Marcelo hay varios. C/ San Zoilo resultó ser un sitio precioso para ver cofradías (ver mapa de la ruta), ya que la calle es bastante estrecha y casi puedes tocar los pasos con la mano.
Paso de misterio de Nuestro Padre Jesús de la Redención ante Caifás - C/ San Zoilo.
Después de que pasara la hermandad nos costó salir de la bulla que se montó -dicen que la bulla es sabía y tiene su ritmo, por lo que no hay que agobiarse, que ella sola se va disolviendo-. Sin pensarlo dos veces nos fuimos buscando las dos hermandades que nos quedaban, las cuales veríamos por las inmediaciones de la plaza de Santa Marina.
La hermandad de la Merced era una de las que más ganas teníamos de ver, ya que es la hermandad de unos familiares cordobeses y no había tenido la oportunidad de disfrutarla en la calle nunca-mis antiguos Lunes Santos eran diferentes antes-. De hecho, los capataces del palio son familia de mi madre. La encontramos en la plaza de Santa Marina, lugar que recomiendo enormemente, así como seguirla hacia la Puerta del Colodro (ver mapa de la ruta). Allí se encuentra el Convento Mayor de Santa Marina o Convento del Colodro -por su cercanía a la antigua puerta del mismo nombre-, donde la hermandad para sus pasos a saludar de manera muy vistosa.
Nuestro Padre Jesús Humilde en la Coronación de Espinas, a expensas de la primera luna llena de la primavera.
Tengo una prima saetera y yo sin saberlo.
La mala calidad del vídeo no refleja lo emocionante que fue ver esa saeta a los pies de la Virgen, teniendo en cuenta quien la cantaba. Solo por ese momento, mereció la pena el viaje.
La Merced siguió su camino de vuelta a casa y nosotros el nuestro, en busca de la última hermandad que nos quedaba. Cerca de media noche, ya las fuerzas estaban justas, pues llevábamos prácticamente el día entero en danza, por lo que decidimos parar a tomar algo y recuperar fuerzas después de la hora larga que estuvimos viendo la Merced. No nos complicamos mucho la vida. No desviamos por una bocacalle y nos encontramos la Taberna La Sacristía (37.89080, -4.77475, ver mapa de la ruta). Que mejor lugar para dos capillitas. Estaba muy tranquila a esas horas. Si vais no dejéis de pedir los prensaditos.
Lo que nos quedaba por ver era otra de esas cofradías que resultan diferentes. La hermandad de Ánimas es lo más parecido a lo que podía ser la Semana Santa hace varios siglos -de hecho su fundación data del siglo XV-. De negro, austera, los pasos sobre ruedas, coro de hermanos cantando el "Miserere" en el Cristo y de hermanas cantando el "Stabat Mater" en la Virgen. Además los penitentes no paran de rezar el rosario durante todo el recorrido. Vamos, que te encuentras el cortejo a solas y sales echando leches.
Coro de hermanos cantando el Miserere del Cristo de Remedio de Ánimas.
La Merced siguió su camino de vuelta a casa y nosotros el nuestro, en busca de la última hermandad que nos quedaba. Cerca de media noche, ya las fuerzas estaban justas, pues llevábamos prácticamente el día entero en danza, por lo que decidimos parar a tomar algo y recuperar fuerzas después de la hora larga que estuvimos viendo la Merced. No nos complicamos mucho la vida. No desviamos por una bocacalle y nos encontramos la Taberna La Sacristía (37.89080, -4.77475, ver mapa de la ruta). Que mejor lugar para dos capillitas. Estaba muy tranquila a esas horas. Si vais no dejéis de pedir los prensaditos.
Lo que nos quedaba por ver era otra de esas cofradías que resultan diferentes. La hermandad de Ánimas es lo más parecido a lo que podía ser la Semana Santa hace varios siglos -de hecho su fundación data del siglo XV-. De negro, austera, los pasos sobre ruedas, coro de hermanos cantando el "Miserere" en el Cristo y de hermanas cantando el "Stabat Mater" en la Virgen. Además los penitentes no paran de rezar el rosario durante todo el recorrido. Vamos, que te encuentras el cortejo a solas y sales echando leches.
Coro de hermanos cantando el Miserere del Cristo de Remedio de Ánimas.
La vuelta a la AC fue dura, porque estábamos lejos y los pies no nos los sentíamos. Aún así, el camino se hizo más llevadero pensando en el maravilloso estreno que le dimos a la Semana Santa ese día. Ojalá el Martes Santo que ya amanecía fuera al menos igual de espléndido. Pero esa es otra historia que dejaremos para otro día.
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Gran entrada Compadre aunque hay fotos que no puedo visualizar!!!
ResponderEliminarGracias Compadre. Es verdad, gracias por avisar. Son enlaces a fotos de mi cuenta de Instagram y la verdad, no sé porqué no se ven. En el móvil si se ven. En fin, tendré que cambiarlas.
EliminarUn abrazo y gracias por leernos.