Al final la ruta que nos salió fue bastante completa, incluyendo desde un baño en aguas termales hasta la visita a una reserva de animales salvajes:
Total de ruta (ida y vuelta): 195 km.
Llevábamos tiempo pensado en poder acoplar las bicis en la AC y disfrutarlas más. Ana no estaba muy contenta con la suya, ya que es un poco incómoda para ella y prefería pasarse a una bicicleta de paseo. Tampoco teníamos ningún "portaniños" para llevar a Bruno en ninguna de ellas, así que decidimos ir a Murcia a ver bicis, que era lo que más cerca que teníamos. Como Ana también tiene la rodilla chunga, una ayuda nunca viene mal, así que nos decidimos a buscar bicis eléctricas. Tras sondear el mercado, las que mejor relación calidad-precio tenían eran las de Norauto, así que allí nos dispusimos el sábado por la mañana después de preparar todos los bártulos y la comida para el fin de semana.
Las bicis eléctricas son una bici normal a la que se le ha añadido una batería y un motor eléctrico que cuando se arranca supone una ayuda al pedaleo. En Norauto Murcia nos dejaron probar una y la verdad es que son una pasada. Subes las cuestas casi sin darte cuenta. Son un poco más caras, pero los últimos años se han subvencionado desde el gobierno con el Plan PIMA, lo que las hace un poco más baratas si consigues obtener la ayuda. Eso nos ánimo a pensárnoslo.
Esta fue la que más nos gustó.
La mañana se nos pasó rápido viendo y probando bicis, pero el calor empezaba a apretar. Necesitábamos un sitio con sombra donde pudiéramos estar frescos para comer. Sobre la marcha, nos acordamos de que el balneario de Archena estaba cerca de donde estábamos (escasos 30 min.) y no lo conocíamos, así que sin pensarlo mucho, dimos de comer a Bruno para que no se durmiera por el camino sin haber comido, y tiramos para Archena, que nosotros ya comeríamos allí.
Al llegar allí, el guarda de seguridad del recinto nos informó de que podíamos aparcar la AC en un parking específico que tenían, pero que no podíamos pernoctar allí (38.129095, -1.306964). Así que aparcamos bajo la poca sombra que había, comimos nosotros y como Bruno no tenía muchas ganas de siesta, allá que nos fuimos a ver el balneario y probarlo si era posible.
El balneario de Archena es uno de los dos balnearios (no SPA) con los que cuenta la Región de Murcia, además del balneario de Fortuna. Además existen los Baños de Mula (de los que os hablaremos en otra entrada) y el antiguo balneario de Alhama de Murcia, lo que ocurre, que éste último no está en funcionamiento y solo son visitables sus ruinas romanas.
Las aguas mineromedicinales del balneario de Archena las conocían ya los pueblos íberos desde el siglo V a.C., pero fueron los romanos los primeros en levantar unas termas en el siglo I d.C., las cuales están excavando.
Por su historia y por sus instalaciones, quizás este balneario sea el más conocido de la Región de Murcia. Cuenta con varios hoteles para alojarse con zonas ajardinadas comunes, además de todos los servicios típicos de este tipo de establecimientos. Entre ellos, el que más nos gustó fue la piscina termal, porque pensamos que era lo que más podíamos disfrutar con Bruno. Preguntamos y nos dijeron que de 19h. a 22h. había tarifa reducida en la que los mayores pagaban 11€ por barba (18€ tarifa normal) y los menores de 3 años no pagaban (por cierto, llevaos gorro de baño porque si no tendrás que comprarlo y vale 3 €). Pensamos que tres horas sería suficiente, así que como todavía quedaba tiempo para las siete de la tarde, aprovechamos para tomar un café y dar una vuelta.
El sitio es bonito, la verdad. La tranquilidad se respira por todos lados, y con el día que hacía, apetecía mucho pasear y sentarse en la terraza de la cafetería a tomar algo.
Ya huele a Semana Santa.
Bruno se lo pasó pipa yendo de un lado para otro, investigándolo todo y revolcándose por todos sitios.
En la terraza donde estábamos sentados había un ajedrez gigante, y no paró de subirse en él. Este vídeo confirma lo que decimos:
El balneario está muy cerca del pueblo que le da nombre, Archena, unidos ambos por un agradable paseo que transcurre por la ribera del río Segura. Como teníamos tiempo, decidimos hacerlo andando y sacamos bonitas fotos.
Paseo por la ribera del río Segura.
Piscina termal sin gente. Fuente http://www.cblavila.es.
Lo más chulo de la piscina es que tiene conexión con el exterior a otra piscina, donde te estás bañando mientras ves la sierra de enfrente (vimos hasta una cabra montesa). Para llegar a ella te tienes que meter en una corriente que te arrastra y resulta muy divertida.
Piscina exterior. Fuente http://blog.balneariodearchena.com.
Además, dentro hay otra piscina para los más pequeños con un tobogán con forma de elefante, fuentes y chorros también muy chula, y de la que Bruno dio buena cuenta.
Piscina infantil. Fuente http://blog.balneariodearchena.com.
Perdonad que no tengamos fotos del interior pero no llevábamos móvil.
La tarde se paso rápidamente y casi que cerramos la piscina.
Más suaves que el culito de Bruno, nos fuimos para la AC, en busca de un sitio para pernoctar. No llevábamos ningún sitio preparado, y el guarda de seguridad del balneario nos dijo que en el parking de al lado del polideportivo (38.122482, -1.293981) había visto autocaravanas alguna vez. Sin pensarlo nos fuimos para allá pero no nos gustó, porque estaba desierto y muy a oscuras. Estuvimos dando vueltas por el pueblo un buen rato hasta que nos hartamos y decidimos aparcar en una calle que vimos que estaba correcta, sin pendiente, poco tráfico, bien iluminada y con un bar cerca (38.120102, -1.302430). No ha sido nuestro mejor sitio de pernocta, pero este tipo de situaciones nos las vamos a encontrar muy a menudo, así que decidimos perder el poco miedo que nos quedaba y pasar la noche allí.
La noche la pasamos sin problemas, quizás con algo de ruido por el bar y algún que otro coche que nos despertó, pero algo sin importancia. Además, esta vez, decidimos cambiar de cama, y mamá dormiría con Bruno a ver qué tal, y la verdad que éste que escribe durmió como nunca. Esta forma de dormir tiene muchas papeletas de ser la definitiva.
Por la mañana, como era domingo y estábamos en un pueblo, en algún sitio tenían que vender churros con chocolate, así que allá nos dispusimos a buscar una churrería. Al final la encontramos, una churrería (38.116622, -1.305533) de estas portátiles, y por cierto, los churros estaban buenísimos. A Bruno le encantaron mojados en azúcar. Los chupaba como un polo como podéis ver en el siguiente vídeo.
Después del homenaje churreril, decidimos darle una alegría a Bruno y llevarlo a que viera los animales de todos los libros que tiene. Está loco con ellos y se los sabe todos, pero ha visto realmente pocos. Decidimos llevarlo a Terra Natura Murcia (38.011310, -1.165739). Para quien no lo conozca, se trata de un parque zoológico con una gran variedad de animales de todos los hábitats. Como todos los zoológicos, resulta un poco penoso ver a tantos animales encerrados detrás de una valla (siempre me acuerdo del pobre, triste y célebre mono del zoológico de Córdoba que tanto impacto me causó cuando lo vi de pequeño). Pero, ahora mismo, es la única forma en la que Bruno puede ver de primera mano una jirafa, un león o un rinoceronte. Y la verdad que los críos se lo pasan bomba.
Los niños menores de 3 años no pagan, pero nosotros pagamos 18 € cada uno (un poco "clavo" la verdad). Al final, la jugada no nos salió mal, ya que nos dieron pases para poder entrar gratis hasta julio tanto al zoo como al parque acuático (que también tiene), el cual, a lo mejor decimos visitar cuando esté abierto.
Del zoológico destacaríamos sobretodo los principales mamíferos africanos (les falta el elefante, por el cual estuvo preguntando Bruno todo el rato), y los espectáculos de cetrería y osos marinos.
Al final del día acabas muerto, y eso que nosotros entramos a eso de las 12 y menos mal que no hizo mucho calor, pero la paliza no te la quita nadie. Todo sea por Bruno. Aquí os dejamos una recopilación de las mejores fotos.
Bruno flipó con ella. No se la esperaba tan grande.
Mirando al cielo en el espectáculo de cetrería.
Amor maternal en la sabana murciana.
Mami y Bruno esperando a que empiece el espectáculo de leones marinos.
¿Esto cómo se come Dios mío?
¡¡Bambi, Bambi!!
¡¡Tedy, Tedy!!
Con ello, dimos por concluida esta escapada, tras la cual sacamos como conclusión que ir en AC te da pie a poder ir improvisando tu destino, lo que lo hace más sorprendente y emocionante. Eso nos encanta, y quizás sea de lo que más valoramos al tener una autocaravana. La libertad no tiene precio.
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